Costa Rica nació del vulcanismo. Sin volcanes, Costa Rica no sería Costa Rica. De los volcanes proceden los suelos fértiles, las rocas para la construcción, el agua de los acuíferos, el uso de la energía geotérmica y las aguas termales. Esta es la lista de volcanes que no puede faltar en su viaje a Costa Rica. Tome su carro de alquiler y descubra estos gigantes.
El volcán Poás
Cerca de la ciudad de Alajuela, 20 kilómetros al oeste de San José, se encuentra este volcán activo, cuya última erupción se documentó en 1953.
Con 2.700 metros de altura, el volcán tiene tres cráteres distintos. El cráter principal se abre a una llanura lunar que permanece desprovista de vegetación debido a las constantes emisiones de azufre que produce. Con 1,5 kilómetros de diámetro, está considerado como uno de los mayores volcanes de Costa Rica y todavía está ocupado por una laguna de agua ácida e hirviente de colores azules y verdes fluorescentes. Hay varios senderos que permiten adentrarse en el páramo y apreciar de cerca los cráteres, la fauna y la flora.
Para llegar, un autobús sale de San José todos los días a las 8 de la mañana y llega a la entrada del parque nacional en 2,5 horas, tras una parada en Alajuela. O bien, en coche, desde San José, está a una hora de camino.
El volcán Arenal
Desde 1968, tras más de 500 años de inactividad, el volcán Arenal comenzó a expulsar lava y ceniza para gran sorpresa de los ticos. Está considerado como uno de los volcanes más activos de Costa Rica.
Este majestuoso volcán de 1.600 metros de altura se encuentra en el Parque Nacional del Volcán Arenal, en el noroeste del país. Está rodeado de un bosque tropical de más de 12.000 hectáreas.
Este volcán con forma de cono domina la ciudad de La Fortuna de San Carlos, situada a 3 horas en coche de la capital; San José, a sólo 10 kilómetros del volcán Arenal.
La zona también es famosa por sus aguas termales. Puede visitar el río Tabacón y bañarse en sus aguas termales, tomando un mojito con vistas al volcán.
Volcán Irazú
Con la mayor altitud de todos los volcanes de Costa Rica, el Irazú impone respeto sólo por su nombre. La palabra indígena Iztarú, de la que deriva Irazú, significa “montaña de terremoto”.
El Irazú está actualmente inactivo y es posible visitarlo siguiendo los senderos del parque nacional del mismo nombre.
Aunque la vegetación es escasa debido a la altitud (3.432 metros), vale la pena visitar este parque, ya que el volcán esconde algunas agradables sorpresas. Uno de ellos es la laguna verde fluorescente que ocupa uno de los cuatro cráteres. La otra es la impresionante vista desde la cima del volcán. Si tiene suerte y el tiempo está despejado, es posible ver los océanos Pacífico y Atlántico a ambos lados. Pero para ello hay que madrugar, porque muy pronto llegan las nubes y ocultan la vista.
El parque nacional está situado a unos 32 kilómetros al noreste de Cartago, la antigua capital del país, que quedó parcialmente destruida por la erupción del volcán Irazú. Desde San José, el viaje dura una hora y media a través de un paisaje pintoresco.
El volcán Turrialba
El volcán Turrialba no goza de gran popularidad entre los turistas que visitan Costa Rica. En parte porque compite con su hermano mayor Irazú, con el que comparte la base. En segundo lugar, por su intensa actividad volcánica, que ha provocado la prohibición de acceso en varias ocasiones. El volcán registró una de sus mayores erupciones en septiembre de 2016, arrojando nubes de gas y ceniza que alcanzaron los 3.000 metros de altura.
Aunque no muestra esta faceta destructiva, el Parque Nacional del Volcán Turrialba es un lugar fascinante de naturaleza virgen y vistas increíbles de la costa caribeña. Cuando se puede visitar, es posible llegar a los 3 cráteres por senderos.
Desde la ciudad también se pueden visitar las ruinas precolombinas de Guayabo, situadas en la ladera sur del volcán. Este sitio arqueológico fue el principal asentamiento indígena del país, por lo que es un monumento nacional.
El volcán Rincón de la Vieja
En la provincia de Guanacaste, a 25 kilómetros al noreste de Liberia, se encuentra este volcán rodeado de misticismo y leyendas.
Se dice que una princesa nativa se enamoró de un guerrero enemigo. El padre de la princesa, opuesto a esta relación, arrojó al joven al cráter. Para estar cerca de él, la princesa se retiró a vivir junto al volcán y aprendió a curarse con las plantas del lugar, tarea que continuó también en su vejez. Por esta razón, los habitantes de la zona comenzaron a llamar al volcán el Rincón de la Vieja.
Si tiene curiosidad, no pierda la oportunidad de conocer este parque nacional, cuyo entorno es tan encantador como su historia. Aunque es una de las zonas protegidas más espectaculares de Costa Rica, no es tan visitada como otros volcanes, quizá porque no está cerca de una ruta turística.
Su principal atractivo es la mezcla de cascadas, fumarolas, géiseres y fuentes termales que se pueden encontrar aquí. En la zona al sureste del volcán, descubrirá todo. Hay dos senderos en esta zona, de 3 y 5 kilómetros. El más largo y lineal le lleva a la cascada de Cangreja. En la más rápida, se puede dar un paseo circular por las pailas, pequeñas lagunas de barro hirviendo.